Hay terroristas que huyen tras el atentado. Otros se suicidan, formando parte del explosivo. Hay otra especie que contempla la agonía de las víctimas y, además, recibe el apoyo de los gobiernos democráticos occidentales (la inhibición frente al genocidio es la más cínica y cobarde de las complicidades). El Gobierno de Israel pertenece a esta especie terrorista y también, siguiendo la lógica en la que nos han educado, los que forman parte de su entorno: los que justifican los ataques de Gaza y los votantes de estos asesinos. La imagen de unos niños (que no podían moverse por llevar cuatro días sin comer) rodeando a su madre muerta (porque los militares israelíes no permitían el acceso a un edificio plagado de heridos y muertos) sobrepasa cualquier idea de la cobardía y la crueldad terroristas.Casi tanto abatimiento y desesperación me causa escuchar al embajador de Israel en España justificar lo que ocurre en Gaza, o a tertulianos radiofónicos repetir una y otra vez que los militantes de Hamás ponen a los niños de escudos humanos. En un programa de televisión han dicho que el Ejército israelí llama por teléfono a las casas que va a bombardear y que los palestinos meten a los niños allí porque prefieren que mueran. Mientras, Cuba sufre un bloqueo internacional que machaca a su pueblo porque su Gobierno no cumple los requisitos que exige Occidente. Israel, por el contrario, nos viene a cantar a Eurovisión porque dicen que es el único país democrático de la zona. Los palestinos no cuentan: votan a los terroristas. ¿A quién votan los israelíes?El poder del dinero sella las bocas. La lucha contra el terrorismo pasa, necesariamente, por la ruptura de relaciones con Israel. Lo demás es interés, ideología y racismo criminal.
GRAN WYOMING
para publico.
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